La cruda realidad del artista de hoy

En el mundo de hoy son muchos los artistas que existen en nuestra ciudad, todos tiene el sueño de llegar a ser reconocidos artistas, y que sus pinturas u obras se vendan como pan caliente.

La verdad suele ser muy dura, en realidad no es fácil ser artista, no solo se necesita tener talento, lo más indispensable que todo artista debe tener, es dinero y tiempo. Dinero para tus materiales, y tiempo por que el dedicarte a desarrollar tu habilidad, necesitas paz y tranquilidad, nada de tensión ni preocupaciones, para algunos tal vez suene inevitable, pues toman el arte como una forma de relajo cuya única finalidad es quitarte el estrés, en verdad las cosas no son así.

La mayoría de jóvenes que ingresamos a La Escuela de Bellas Artes, hemos vivido en carne propia la cruda y exorbitante realidad, el ambiente que se vive en la escuela es otra, no digo que sea malo, pero muchas veces no es lo que uno espera.

Muchos de los jóvenes ingresan con la aspiración de llegar a ser artistas reconocidos, pero eso es un dulce y engañoso sueño, pues para ser sinceros tus cuadros acabaran en una subasta en donde se venderán como pan caliente cuando estés tres metros bajo tierra, recién hay te harán caso, y tus simples obras se expondrán como un novedoso estilo de pintura al modernismo de este siglo, a menos claro que cuentes con buenos dólares, si es así serás famoso de una forma tan rápida que ni tu mismo te darás cuenta.

Si quieres llegar a ser un artista reconocido debes pagar un precio no muy agradable, el camino no es fácil que digamos, para destacar tienes que dedicarte por completo no aferrarte solo a lo que te dice el profesor, quien no es mas que un apoyo, alguien que te orienta, todo el trabajo se lo lleva uno, el tiempo para hacer nuestra practicas muchas veces no nos es suficiente, pues algunos tenemos muchas responsabilidades.

No tenemos la suerte o el privilegio del que algunos gozan, pues como somos de condición económica media, no contamos con el dinero suficiente para comprara oleos y pues al finalizar nuestros cuadros, se puede a preciar a simple vista el poco óleo que se a usado en el cuadro, a diferencia de los que si tiene plata pues sus cuadros de ven llenos de color resaltado comos si estuvieran en alto relieve.

En lo único que nos podemos defender es en nuestros dibujos pues el carbón si es barato, y no hay nada que evite que nuestro dibujos logren llamar la atención debida, a excepción del tiempo, pues por nuestras otras ocupaciones, asistimos muy poco a los talleres y la mayoría de nuestros trabajos quedan inconclusos, pero eso no quita que queden impactantes.

Nuestros colegas adinerados si logran terminar sus obras a tiempo, pues solo se dedican a eso, sin preocupación alguna, como vender tus cuadros para pagar la pensión del cuarto y de la comida, muchos no tenemos familia aquí en Trujillo, y vivimos en cuartos alquilados, en donde gozamos de la no tan grata compañía de vecinos para nada tranquilos y esquistos con los cuales se tiene que compartir el baño y algunas tareas de limpieza.

Tampoco quiero mostrar a los jóvenes que si cuentan con buena economía como los malos de la película, ellos si bien es cierto están en buena posición económica, suerte por ellos, no deseo marginarlos, pero muchas veces la verdad es que nos incomoda a los que si la pasamos fatal.

Los pintores que aún no terminan sus estudios en la escuela no cuentan con un lugar propio en donde exponer sus obras, también no cuentan con un salón en donde exponer sus pinturas, pero si se contara con un lugar propio, las probabilidades de que sean adquiridas sus obras son del 89 %.

A diferencia de jóvenes compañeros nuestros que cuentan con Money, alquilan un local, en donde exponen sus obras, no admitiendo a nadie más y si se quiere exponer hay, debemos abonar una cantidad de esta fuera del alcance de nuestros bolsillos.

Bien dicen que “quien quiere celeste que le cueste”, ese es el lema de todos los días de quienes cada sábado buscan un lugar ubicándose y acomodamos frente a la “Escuela de Bellas Artes” a la espera de un buen samaritano que aparte de apreciar nuestra obra se anime a llevarlo a casa, así su hogar se ve hermoso y nosotros podemos llenar en nuestros bolsillo una cantidad que nos sea suficiente para sobrevivir, y por favor no se malinterprete con el lema que es bien conocido, “no es amor al chancho , sino al chicharrón”, que ese definitivamente no es nuestro caso.